El Gobierno cerró julio con un fuerte sacudón en los mercados financieros: el dólar oficial trepó a $1.380, acumulando una suba de $55 sólo este jueves y $80 en las últimas 48 horas, generando un clima de alta volatilidad e incertidumbre en la economía. A este panorama se sumó un alza abrupta en las tasas de interés, medida que buscó contener la demanda de dólares pero terminó tensionando aún más al mercado.
El impacto no tardó en hacerse sentir en la economía real: aumentan los precios mayoristas, se paralizan operaciones comerciales y se profundiza la recesión en sectores sensibles. En este contexto, crece la desconfianza hacia el plan económico del presidente Javier Milei, que había prometido un ordenamiento fiscal sin emisión y una rápida estabilización de precios.
Ante este panorama, el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, minimizó la escalada cambiaria. En declaraciones públicas, atribuyó la suba al “riesgo kuka”, una forma despectiva de referirse a una supuesta especulación por parte del kirchnerismo. “Algunos buscan cubrirse, pero no es nada que nos preocupe”, sostuvo, restando dramatismo a un fenómeno que los analistas interpretan como una señal de alerta.